ZARAGOZA.- La provincia de Huesca había perdido en el año 2000 un 15 por ciento de su población con respecto a 1900. En Teruel, el porcentaje asciende a un 44 por ciento, mientras que Zaragoza compensa la pérdida al haber crecido su población en cien años un 107 por ciento.
Según consta en el estudio “Evolución de la población española en el siglo XX” presentado ayer por la Fundación BBVA, la población aragonesa creció en total un 33,3%, porcentaje sensiblemente inferior al de la media española, que fue del 120 por ciento.
El caso aragonés, se asegura en el estudio, es similar al español en la medida que ha experimentado una evolución demográfica desigual en sus territorios, con máxima concentración en Zaragoza y despoblación de las provincias periféricas.
Los movimientos migratorios entre 1900 y 1980 tendieron a la salida de población, especialmente de Huesca y de Teruel, provincia ésta última de la que el informe resalta como preocupante su despoblación.
Un dato significativo es cómo ha evolucionado la densidad de población, ya que si en el conjunto de la Comunidad aragonesa ha pasado de 19,1 habitantes por kilómetro cuadrado en 1900 a 26,6 en 2004, con un incremento porcentual del 39,47, este incremento se achaca en su totalidad a Zaragoza, cuya densidad de población ha crecido un 116,8 por ciento (de 24,4 a 52,8) mientras que ha disminuido en Huesca un 11,6% (de 15,6 a 13,8) y en Teruel un 42,5% (de 16,6 a 9,5).
En el resto de España entre 1900 y 2004 sólo ha disminuido la densidad de población en estas dos provincias aragonesas y en las castellanas de Cuenca, Ávila, Palencia y Segovia.
Respecto al movimiento natural de la población aragonesa durante el siglo XX, se observa un empeoramiento de las tasas de nacimientos, ya que si en el quinquenio 1900-1905 el número de nacimientos representó el 17,97 por ciento de la población, éste descendió hasta el 3,88 por ciento en el quinquenio 1995-2000.
Los fallecimientos fueron mayores, razón por la que el crecimiento vegetativo de la población aragonesa en el quinquenio 1995-2000 fue decreciente, de menos 1,42 por ciento, frente al crecimiento del 0,18 por ciento del total nacional.
El director del estudio, Julio Alcaide, dijo en la presentación que lo deseable sería una redistribución de toda la población por todas las provincias, y que éstas tuvieran además un desarrollo industrial similar, para evitar situaciones como la que viven Soria o Teruel, “que tienen cifras de población irrisorias y propias de países subdesarrollados”.
Fuente: Diario del AltoAragón